GABRIELLE, QUE BELLA ERES
En el dorado de tus cabellos ha decidido habitar el sol
con sus majestuosos rayos.
Esas dos esmeraldas que poseen tus ojos
hipnotizan y elevan al corazón al mismo cielo.
Tu cuerpo permite llevar los pensamientos y depositarlos allí
como si fueran palomas que viajan por él,
donde su contorno produce una marea constante de sensaciones,
que hace emerger toda la pasión e invita al amor.
Tu movimiento suave y majestuoso de reina atrae como imán
y seduce al mirarte y va conduciendo hasta lugares
donde solo se puede llegar en el éxtasis inconfundible que sacia el deseo.
De tus palabras brota el suave murmullo de los riachuelos
que partiendo desde su origen transitan por cada sentido
y se desplaza lentamente hacia quien te escucha,
instalándose en lo más profundo del corazón, para no escapar jamás.
Tu alma se funde con la de tu amada convirtiéndose en un solo ser,
para perderse en la inmensidad de ese amor y quemarse en el fuego de su deseo.
De tu corazón se desprende esa luz inmensa
que ilumina la oscuridad e invade al espíritu ensombrecido de penas y angustias,
sacando a flote los sentimientos más nobles y hermosos.
Gabrielle, qué bella eres.
De Alba
|
||